miércoles, 10 de diciembre de 2008
Ida de consolación... al Taurino!!!
Pues bien, ayer, total ni fui al gimnasio, ni programe, ni nada. Lo que paso fue que la tía Chabe, la hermana predilecta de doña M, mi suegra, vino a hacer unas compras de miedo a LA. Y para aquellos que no saben que son compras de miedo hay que ver la cantidad de ropa y accesorios que atiborran en los carritos, para tener miedo. Total que tuvimos que ir a acompañarlos. Vino casi toda la prole a excepción del Poison y Aby, que por cuestiones de espacio no la libraron para la osada travesía.
La aventura comenzó aproximadamente 25 minutos después de que llegue al departamento, como a eso de las 6:20 pm. Kathleen estaba semi lista y yo básicamente me fui como llegué, ni tiempo para comer nada.
Pasamos al rededor de 3 horas entre ropa, zapatos, abrigos, cajas registradoras y cajeras disgustadas porque en un momento dado, doña M, bloqueaba la linea. Si alguien no ha tenido la experiencia de ir de compras con una mujer, no es posible que sepa de lo que estoy hablando, de lo contrario, es necesario multiplicar esa experiencia por 5, porque además de la tía
Chabe, como parte de la panda, estaban: su hija la prima Sidney, mi cuñada "la wera", doña M, y obviamente Kathleen, todas con ánimos de ver muchísimas cosas, probarse muchísimas y comprar, al final, muchas solamente. Porque habrá que recordar que fueron compras de miedo. Cuando no lo son, generalmente se ven muchas, se prueba unas pocas y al final no se compra nada.
Y así fue, como poco a poco vi el tiempo transcurrir hasta que se dieron las 10, momento en el que decidieron partir, pero con la promesa de algún día, repetir y superar la visita.
Pensé que todo estaba perdido, cuando de pronto, algo muy bonito pasó. Kathleen sugirió ir al Taurino, y como todos somos de buen comer, y como les esperaban 4 horas de viaje y como nadie había senado, y como el Taurino es 24 horas, y como siempre apetece ir al Taurino, decidimos ir.
El Taurino, básicamente es una taquería, con un montón de posters de corridas de toros pegados en la pared, unas 3 o 4 cabezas de toro, estas, colgando de la pared, alguna que otra banderilla, bastantes moscas, y como 20 empleados, pero eso sí, los tacos están muy respetables, de lo mejor que he comido en LA.
Así que después de todo, la historia tuvo final feliz.
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