miércoles, 31 de diciembre de 2008

Propósitos de Año nuevo

Listo los propósitos para el 2009, de menor a mayor importancia:


  • Usar la bici 3 o 4 días por semana para ir a trabajar.

  • Ir al menos 3 días por semana al gimnasio.

  • Lograr el reto de los 50 libros.

  • Hablar mejor el inglés.

  • Practicar la temperancia al comer.

  • Hablar más con la familia y amigos.

  • Practicar la oración.

Quizá no he sido tan explícito en cada una de las metas, pero la lista servirá de parámetro para medir como habrá de transcurrir el 2009.

¡Feliz Año Nuevo!

martes, 30 de diciembre de 2008

Fin del reto de los 50 libros, 2008.

Al principio del año, había establecido como meta personal, y motivado por un reto lanzado en Internet, el leer 50 libros en el 2008. En esta lista que presento abajo, se podrá ver como es que he fallado miserablemente.

Al igual que el año pasado, hubo un libro del cual sólo leí la mitad, pero en mi defensa diré que El Principito lo tuve que leer como dos o tres veces, y aun y cuando el número de páginas no es de ninguna forma equitativo, libro leído es libro leído.

Presento la lista definitiva de lo que logré en el 2008, aunque se falló en el intento, no es, desde mi punto de vista, nada desdeñable lo conseguido.

Resaltados con negritas, están los tres libros que más me gustaron.

ENERO
1 The day of confession 567 p. Allan Folsom
2 A thousand shall fall, 172 p. Susi Hasel Mundi
3 Los diez mandamientos dos veces eliminados, 127 p. Danny Shelley, Quinn Shelton

FEBRERO
4 Las intermitencias de la muerte, 251 p. José Saramago

MARZO
5 Invitación, 126 p. Alejandro Bullón
6 Head First EJB (mitad), 683 p. Kath Sierra, Bert Bates
7 Utopía, 189 p. Tomás Moro

ABRIL
8 Dom Scripting, 309 p. Jeremy Keith

MAYO
9 La tabla de Flandes, 412 p. Arturo Pérez-Reverte
10 Los relámpagos de agosto, 112 p. Jorge Ibargüengoitia
11 Is not about the bike, 289 p. Lance Armstrong, Sally Jenkins

JUNIO
12 Martes con mi viejo profesor, 211 p. Mitch Albom
13 Cuento de la isla desconocida, 72 p. Jose Saramago
14 Asalto a la mente, 127 p. Daniel Scarone

JULIO

AGOSTO
15 The Pearl, 90 p. John Steinbeck
16 La casa en Mango Street, 112 p. Sandra Cisneros
17 Life without limits, 190 p. Clifford Goldstein

SETIEMBRE
18 Cien años de soledad, 495 p. Gabriel García Márquez
19 Elogio a la locura, 106 p. Erasmo de Rotterdam

OCTUBRE
20 The little prince, 85 p. Antoine de saint-Exupery
21 Todo es vanidad, Eclesiastés, 163 p. Jacques Doukhan

NOVIEMBRE
22 El señor de las moscas, 249 p. William Golding
23 La Náusea, 214 p. Jean Paul Sartre

DICIEMBRE
24 Todos los Nombres, 350 p. José Saramago
25 Cuando era Puertoriqueña, 295 p. Esmeralda Santiago
26 La Isla misteriosa, 164 p. Julio Verne

Queda, pues, el reto nuevamente para el próximo año.

A leer más y mejor.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Preludio de los propósitos de año nuevo

Ahora mismo no voy a publicar cuales serán mis propósitos para el próximo año. Lo que pasa, es que tengo que pensar bien cuales serán. Ya tengo unos en mente, pero será hasta el miércoles cuando publique la lista definitiva.

Realmente nunca he sido persona de establecer propósitos concienzudamente, más bien pienso en algunas cosas que me gustaría hacer y trato de hacerlas. Quizá allí radica mi error, no fijar metas bien definidas y trazar un plan para seguirlas. Por lo tanto este año voy a hacer justamente eso, fijar un plan y seguirlo lo mejor posible.

Trazaré, pues, metas realistas, logrables pero que demanden esfuerzo. Así que en este par de días que me quedan, pensaré bien en lo que habrán de ser las metas del 2009.

Dicho sea de paso, me valdré de este medio para ir midiendo el progreso de cada una de ellas, así no habrá excusa que valga.

¿Tienes ya las tuyas?

sábado, 27 de diciembre de 2008

Segundo encuentro con la nieve


El jueves pasado fuimos a las montañas que se encuentran a la mitad del camino entre San Diego y Mexicali. Pertenecen a la misma cordillera de la tan famosa y temida Rumorosa, donde en épocas pasadas, antes de la autopista, muy frecuentemente los autos caían a los voladeros; de hecho aun se pueden observar los restos herrumbrosos de los que alguna vez fueran vehículos.

La intención de esta salida era primordialmente: ver la nieve. Días antes había estado nevando y al parecer los cerros estaban tupidos de blanco.

Antes de continuar debo de mencionar que previo a esta visita, solamente había visto la nieve en una ocasión, también en este año, por ahí de Abril o Mayo. En esa oportunidad fuimos a Fraizer Park, situado a unas 50 millas al norte de los Angeles.

Pues bien, continuando con el relato y para no hacer el cuento tan largo..

El día estaba soleado cuando nos fuimos, pero conforme nos internábamos en las montañas, el cielo se oscurecía, una llovizna oblicua caía de todos lados y los vientos sacudían la camioneta constantemente. Casi a medio camino, estábamos pensando en abandonar la misión y regresar por donde vinimos, pero nuestra bravura pudo más que el cierzo y sus aliados y continuamos en nuestra nívea cruzada.

Salimos de la carretera principal para tomar otra que nos llevaría a un parque situado en las montañas. A medida que avanzábamos se comenzaban a notar fragmentos blancos en las orillas del camino. La victoria era casi nuestra. Avanzamos por 5 o 6 millas más y de pronto... Todo era blanco, un blanco como nunca hubo ninguno, blanco blanco, más blanco que el blanco de la leche, más blanco que las nubes.

Y ahí estábamos, en un camino bordeado por nieve a ambos lados. Avanzamos un poco más y nos detuvimos. La lluvia continuaba arreciando y el frío se hacia intenso pero salimos de la camioneta y nos dirigimos al encuentro esperado.

Estoy aprendiendo que hay diferentes tipos de nieve, y que cuando esta por derretirse la nieve es muy suave, tan suave, que al pisar te hundes hasta las rodillas, lo cual fue mi caso, porque cada paso que daba, cada paso que me hundía, y me volvía a hundir. Como no llevábamos ropa adecuada, rápidamente se mojaron mis tenis y mi pantalón, no duré ni 10 minutos fuera cuando ya quería regresar a la camioneta a prender la calefacción, ahhh, eso sí, no sin antes tirarme una maroma como un ninja; al final resultó más bien en un lancé sin ton ni son, que me terminó de empapar.

No estuvo nada mal esta salida, pero el primer viaje a conocer la nieve fue más placentero, nada de lluvia y mucho sol, aquel día me sentí casi como cuando al Coronel Aureliano Buendía lo llevaron a conocer el hielo.

El balance final queda en un empate, la nieve uno, y yo uno.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Cuando era Puertoriqueña


Esta autobiografía de Esmeralda Santiago, a mi modo de ver, tiene tantos pros como contras. Si alguna vez has visitado o vivido en Puerto Rico, o si has conocido algún Puertoriequeño o si simplemente sabes términos como cocotazo, guagua, presentao, palo de mangó, morivivi y otros más, entonces quizá te resulte agradable leerla. ¿Por qué? no es simplemente por las palabras y expresiones empleadas por la autora, sino porque si estos términos te son conocidos, quiere decir que sabes algo de la cultura Puertoriqueña y quizá puedas identificar un poco mejor con la niña de la novela.

Pros:
Narra algunas de sus vivencias y experiencias de cuando era niña y vivía en Macún, en Santurce, y en el Mangle; de la forma como veía al mundo en ese entonces rodeada de libertad, aire, arboles y tierra; de las muchas peleas entre sus padres que, junto con sus hermanos, tuvo que soportar en silencio; de como constantemente tuvo que mudarse de casa en casa, a veces sola, a veces con sus hermanos; de la diferencia abismal entre Puertoriqueños y Norteamericanos; en fin, de como de jíbara pasó a ser Neoyorquina.

También llega, en algunas ocasiones, a articular metáforas y plasmar sus sentir de una forma magistral y hay que darle crédito por eso.

Contras:
El libro fue inicialmente publicado en inglés y posteriormente la autora misma lo tradujo. Error. Quizá en el intento de darle un toque real de la manera como se expresan en Puerto Rico, cayo en el exceso de coloquialismos y localismos, inclusive, me atrevería a decir que hasta en displicencia, porque hay errores gramaticales bárbaros, y dudo que estas fallas justifiquen cualquier intento. Además, la autora misma lo dice, el español no es su primera lengua y esto lastima la traducción grandemente.


Balance Final

El libro es bueno y merece ser leido, pero difiero totalmente de los comentarios hechos en al contracubierta del libro de que es un clásico de la literatura hispana.

Honestamente me hubiera gustado que alguien como Elena Poniatowska lo hubiese traducido, hizo un muy buen trabajo en "La casa de Mango Street" de Sandra Cisneros.

240 millas a Mexicali

Doscientas cuarenta millas (millas más millas menos), son las que separan a Los Angeles de Mexicali. Hace dos días, en vísperas de nochebuena, tuve que hacer solo el penoso recorrido.

Para los que no saben como es el tráfico de LA, lo ejemplificaré comparándolo con una pequeña democracia, lo que diga la mayoría es lo que se hace, es decir, al paso que avancen los autos es a como uno logra irse moviendo. Claro, como nada es perfecto, no falta algún inoportuno dirigente, en este caso un accidente, que arruine el ya de por si lento andar de la gente. Y si bien uno puede lograr velocidades de cincuenta o sesenta millas por hora, también es cierto se puede ir a menos de veinte, como en mi caso.

Me tomó cinco horas llegar a mi destino. Las primeras dos fueron las más lentas, y parecía como si los minutos se hubiesen alargado al doble. El transitar a razón de veinte o treinta millas por hora crea es falsa percepción de que el tiempo transcurre lento y de que la paciencia se acorta, y esto último, de no tan falsa apreciación.

A medida que salía de la ciudad se dejaban ver, a lo lejos, las montañas nevadas de San Bernardino, posteriormente, cerca de Palm Springs, el mismo escenario con cumbres níveas a lo largo de la carretera. Esto hizo mi viaje más ameno, no siempre se logran ver paisajes de esta naturaleza tan bella.

Y para muestra un botón. He aquí la prueba fehaciente de los paisajes vistos en el recorrido:


















La última hora es la que resulta menos tediosa, ya que es cuando me aproximo a Westmorland, tomo un recodo para librar el pueblo y sigo por una carretera rural, que en algunas partes esta flanqueada por arboles de follajes lastimeros, en otras por pacas de alfalfa apiladas y en algunas más, por los sembradíos alternándose entre el verde y el color tierra.

Pasadas unas cuantas millas, a la distancia, se logra ver El Centinela, una montaña enorme de roca maciza que vela al valle donde se encuentra ubicado Mexicali, y es entonces cuando se sabe que el viaje esta por terminar.

Al final, hube escuchado cerca de 200 canciones, parado 2 veces, una a comer otra a tomar las fotos y hecho algunas 3 o 4 llamadas desde mi celular.

Y debido a esta experiencia (y otras más que guardo en mi haber), es que me atrevo a dar unas cuantas recomendaciones sencillas para el viajero en carretera.

1. Si sabes que vas a estar varado por un rato (sí, literalmente varado en el tráfico), o vas al baño con anterioridad o de plano no tomas agua.

2. Come algo antes de internarte en los misterios abstrusos e indescifrables del tráfico angelino, no sea que cuando menos puedas salir de la carretera es cuando mas hambre te dé.

3. Prepara música variada y jocosa, que no te pase como a mí, que me tuve que chutar una y otra vez hasta el hastío, al Gran Combo, Cerati y Filio.

Saludos y buen viaje.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Navidades

Dado que en el post pasado se habló de Federico Navidad, se podría argüir que el título de este nuevo post es un tanto redundante, pero no. Porque para empezar no se hablará del tal Federico, que como su dueña comentó, es un árbol muy guapo. Tampoco se hablará del disco de Luis Miguel titulado de la misma manera que el post. Se hablará, eso sí, de mis Navidades.

Para muchos quizá esta sea, sino la mejor, una de las más bellas épocas del año. Porque la familia y amigos se reúnen, se dan y reciben regalos, hay compañerismo en el trabajo, se respira en las calles un espíritu de armonía y cordialidad, la gente tiende a ser más amable en general, se come más (no se si mejor, pero más), hay una y mil razones para decir que la navidad es una hermosa temporada.

Sin embargo, para mí, es un poco de sentimientos encontrados. Porque por un lado, de las primeras navidades que recuerdo cuando era niño, eran navidades familiares, donde tomaba ponche y comía buñuelos, abría regalos, jugaba con los primos y amigos, siempre la pasaba bien. Algunas otras navidades, ya no siendo tan niño, las pase con amigos ó familia, teniendo buen tiempo y disfrutando de los chistes y la camaradería. Pero, por otro lado, hubo navidades muy solitarias, sin regalos, sin ponche y definitivamente sin amigos.

A mucha gente no le gusta la navidad, y yo llegue a pensar que no me gustaba, pero he decidido que me gusta y es mi temporada favorita.

En esta navidad no se si habrán tantos regalos como cuando niño, definitivamente no estarán mis queridos amigos y la mayoría de mi familia, ignoro si prepararán ponche ó buñuelos en esta noche, pero de lo que sí tengo certeza, es de que en esta navidad, de todas las navidades, voy a pasármela de lo mejor, y a disfrutarla como la primera vez.

Feliz Navidad y Bendiciones.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Federico Navidad



Así fue como nombramos al árbol de Navidad que Sarah compró.

El día de ayer, después del festín que nos dimos, Mureed y yo accedimos a la petición de Sarah de acompañarla a conseguir su ansiado árbol navideño. La cosa es que estaba lloviendo bastante, y había que no sólo que comprarlo, sino instalarlo en su casa. Convenientemente, de esto último, nos vinimos a enterar en el camino.

Bajo una lluvia copiosa, fuimos a Ralphs a buscarlo. Los arboles estaban por fuera de la tienda, eran al rededor de unos quince o veinte arboles navideños empapados por la lluvia. Algunos amarrados como rollo con un cordón, de tal forma que resultaría más fácil transportarlo, otros simplemente estaban parados allí como arboles navideños. Sin importar la lluvia, entramos a la tienda con paso apresurado, compramos dos bolsas de doritos, pagamos el árbol y salimos de la tienda. Una vez estuvimos afuera, para nuestra sorpresa, el dependiente que supuestamente nos iba a ayudar con el árbol nunca se apareció, me imaginó que no se quería mojar.
Un guardia nos ayudo a subir el árbol sobre la parrilla del auto, lo semi amarre, le agradecimos su ayuda al guardia y nos fuimos.


Lo mejor estaba por comenzar. Dado que esta era mi primera vez en estas andanzas, desconocía los pormenores del asunto, que conocería en cuanto llegamos al departamente de Sarah cuando nos dijo:
- Ahora si, a instalarlo en la base.
Primeramente, había que quitar las tablas que servían de base para el árbol, dos maderos en forma de cruz clavados al tronco con cuatro clavos gruesos. Sarah, mujer precavida, tenia a la mano una caja con herramienta de donde saco un martillo. Para tratar de quitar la base, martillé las maderas un par de veces sin éxito. Mureed al ver que no martillaba lo suficientemente fuerte, me quitó el martillo y en menos de 1 minuto había conseguido romper las maderas, los clavos seguían en su lugar. Era necesario quitarlos ya que de otra forma estorbarían y el tronco no quedaría fijo en la base que Sarah tenia preparada.


Después de 10 minutos de forcejear con los clavos, logre quitar tres, el restante no hubo manera de sacarlo por lo que se procedió a clavarlo al tronco. Cuando pensamos que la misión estaba completada, error, aún era necesario cortar 3 ramas de la parte de abajo del tronco ya que de otra forma el árbol no entraría a la base. Con un cuchillo de cocina, transcurridos otros 5 o 6 minutos de sudar serruchando, el éxito se veía venir. Ahora sólo faltaba acomodar el árbol en la base, atornillar los soportes y esperar que una vez se hubiera completado la tarea, Sarah gritara: "It´s so cute!!!".

La verdad que me sentí bien de haber contribuido a tan noble causa, un trabajo en equipo sin duda alguna. Queda la experiencia de saber como instalar un árbol de navidad natural, y de no confiar que el dependiente, especialmente en un día de lluvia, aunque este diga que te va a ayudar, vendrá.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Desayuno at the plaza


El día de hoy, dejando fuera el hecho de que en cuanto salí con mi bici del apartamento comenzó a llover y no escampó en todo el camino, ha sido excelente.

Como parte de las celebraciones navideñas, la gente del Fox Plaza (el edificio donde trabajo), ofrece un desayuno anual para los que laboramos aquí, así que todos podemos participar. La dinámica del asunto es de la siguiente manera: En el área del lobby, tanto en el ala este como en el ala oeste, instalan cuatro mesas, dos a la diestra y dos a la siniestra, teniendo así cuatro grupos de cuatro mesas. Tomando como ejemplo uno de los grupos, encontramos sobre una de las mesas, fruta, tomate con pepino y cebolla, bagels, mini muffins, mermelada, galletas, pastelillos y queso crema de diferentes tipos. En la otra, se dispuso que hubiera dos tipos de quiché, uno vegetariano, el otro no; además hay papas con vegetales sazonadas. Las jugos de naranja, leche y café, ya sea regular o descafeinado, se pueden encontrar en el centro del pasillo que conecta las dos alas anteriormente mencionadas.

Para cuando yo llegué, que fue por ahí de las ocho y media, ya había gente comiendo, otra haciendo fila y otra más preparándose para una u otra cosa, como en mi caso.
Según planeado el día anterior, íbamos a bajar exactamente a las
ocho y media, comer hasta quedar bastante bien, luego subir nuevamente, volver a bajar justo a las diez con veinte (ya que a las diez con treinta dejaban de servir), comer de nuevo hasta volver a quedar bastante bien, y después decidir si comeríamos o no.

Pues bien, como ya dije, llegué por ahí de las ocho y treinta, así que asumí que la banda estaría por allí comiendo, por lo cual me forme en una de las ocho mesas, me serví un par de quichés, papas sazonadas, medio bagel con queso crema y mermelada de fresa y para rematar, fui por un jugo de naranja. No fruta, no galletas, no tomate, cebolla o pepinos y no mini muffins, eso sería para después.

Llegué a la oficina y no había nadie.

Pensé, quizá estén abajo engullendo lo que yo deje para después. No fue así. Uno de los "compeidres" se reportó enfermo y los otros esperaban por el resto de nosotros. Así que por eso de las nueve con cincuenta, casi diez, volvimos a ir al ataque, pero esta vez sin piedad. Repetí una ración similar a la comida con anterioridad. Para esto ya se nos habían unido dos más al grupo, y cabe decir que tenían intenciones similares a las mías. Después de el segundo plato, para no sentirme tan mal, fui por algo de fruta para rematar. Al final todo salio casi como se había planeado y la misión fue exitosa. Panza llena corazón contento.

Y fue así que dio comienzo este lluvioso día de Diciembre, pero aún quedarían sucesos que narrar...

jueves, 11 de diciembre de 2008

El rescate de un colibrí


Sin duda alguna, la monotonía se rompe con cosas inesperadas.
Hoy mientras nos dirigíamos al gimnasio Mureed y yo, notamos algo en el piso, en el camino hacia el lote que esta entre el edificio y los matorrales adyacentes, yacía inerte una bolita de plumas. Nos acercamos con cuidado para ver que podía ser lo que tan inusualmente estaba colocado ante nuestros ojos, ya de más cerca, pudimos ver que era un pajarito, y lo sorprendente no fue tanto el hecho de que un pajarito estuviera tirado en el suelo, porque más de una vez se ha visto que los pajaritos caigan de sus nidos, sino el tipo de pajarito que era: un colibrí.

Para empezar no todos los días se ven colibrís, y cuando se dejan ver, si, ellos deciden cuando quieren ser vistos, debido a lo rápido que se desplazan en el aire, no se les puede aproximar ni a un par de metros.

Cuando estábamos en cuclillas y a menos de medio metro de él, notamos que no podía moverse, parecía como si estuviera atolondrado. Así que mientras lo tomaba en mis manos hizo un esfuerzo vano por volar, aparentemente estaba muy débil. Cuestionando las posibles causas de por qué estaba tirado en medio del camino, concluí, que lo más probable era que se hubiera estrellado contra el edificio, porque las ventanas de este, como de muchos otros, parecen espejos, y se sabe que más de una vez algún pájaro se ha proyectado contra los ventanales de las construcciones altas.

No sabiendo que hacer, lo mejor era llevarlo arriba. Sabíamos que Raymond era muy bueno con los animales y en caso de que no supiera que hacer, quizá los demás sabrían. Entramos nuevamente al edificio, subimos en el elevador hasta el piso 15 y llegamos a donde aún estaba el resto del clan. Lo primero que les dije era que necesitábamos su ayuda, al ver que traía algo atrapado entre mis manos, pues estaba de cierta forma aprisionando al pobre colibrí, pero eso si, con mucho cuidado, Sarah salio corriendo, se sabe que por naturaleza la gente teme a lo desconocido, y como se comprobó, al grado de salir corriendo. Les informe de nuestro hallazgo e hice entrega del pequeño plumado a Raymond. Inmediatamente toda clase de teorías surgieron, aparentemente a la hora de opinar todos tenemos algo que decir. Primero, la cuestión de que el agua con azúcar les gusta a los colibrís, después, cuestionaron mi buen juicio de haberlo llevado a la oficina en lugar de haberlo dejado abajo, seguido de eso, que porque no lo conservábamos en una jaula para tenerlo en la oficina, y así siguieron surgiendo toda clase de comentarios y recomendaciones para el buen cuidado de un colibrí atolondrado por los avatares cotidianos, o más bien, según mi teoría, por una ventana que se atravesó en su camino.

Total que decidimos llevarlo abajo para ponerlo en un sitio seguro y quizá de esta manera se animaría a volar. Lo que si no he mencionado, es que nuestro nuevo amigo alado tenia su ojo izquierdo sumamente hinchado. Si los pájaros pudieran sostener peleas de box, se diría que este venia de una de ellas, porque se veía bastante mal.

Estuvimos un rato fuera del edificio viendo que hacer con el pobre pajarillo. Unos ya se querían ir a comer, otros querían aventarlo en el aire para que se viera obligado a volar, hubo inclusive un comentario de llevarlo a comer con nosotros, que a lo mejor le gustaba el pollo, joder.
Después de 10 o 15 minutos de no saber que hacer con él, notamos que se comenzaba a recuperar o más bien a desaturdir. A pesar de que se le veía muy cómodo en la mano de Raymond, quién comprobó que si es bueno con los animales, se determinó dejarlo en algún lugar con sombra para que descansara, Raymond se puso de rodillas para colocarlo en el suelo y en eso volvió a hacer un intento de volar, Raymond le dejó ir pero regresó a su rodilla, todos exclamaron victoriosos, cinco segundos después, otro intento, y otro, y otro más, y finalmente, voló.

Al principio volaba como si estuviera desorientado, pero conforme lo hacía mejoraba cada vez más. Hubo un sentimiento de alegría colectiva, unos porque finalmente podían ir a comer y para algunos de nosotros, por el simple hecho de poder ver volar de cerca a tan magnifica criatura.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El Principito



Como publicación obligada, y después de releerlo como 3 veces, he aquí El Principito.

Comenzaré diciendo que tuve que leer este corto pero sustancial libro para mi clase de Inglés. De de niño, como casi todo mundo, lo leí, y ahora, de ya no tan niño, lo volví a leer, más bien, a redescubrir. Es un libro muy fácil de leer, con algunas enseñanzas practicas para la vida diaria. Lejos de ser un libro meramente infantil, es un libro también para los adultos. Alude a la amistad, el amor, la lealtad, inclusive hacia la maldad. Hay toda clase de personajes en el libro, pero el del zorro es, simplemente, mi favorito. Es quien enseña la importancia de la fidelidad al joven Principe, y que aún y cuando existen miles de rosas, el Principito entiende que la suya, es la única y la más importante.

Si quieres leer un libro de menos de cien páginas, que té haga discurrir, que sea entretenido, con dibujos de elefantes dentro de boas y situaciones interesantes, entonces lo recomiendo. Es un most read sin duda alguna.

Ida de consolación... al Taurino!!!


Pues bien, ayer, total ni fui al gimnasio, ni programe, ni nada. Lo que paso fue que la tía Chabe, la hermana predilecta de doña M, mi suegra, vino a hacer unas compras de miedo a LA. Y para aquellos que no saben que son compras de miedo hay que ver la cantidad de ropa y accesorios que atiborran en los carritos, para tener miedo. Total que tuvimos que ir a acompañarlos. Vino casi toda la prole a excepción del Poison y Aby, que por cuestiones de espacio no la libraron para la osada travesía.

La aventura comenzó aproximadamente 25 minutos después de que llegue al departamento, como a eso de las 6:20 pm. Kathleen estaba semi lista y yo básicamente me fui como llegué, ni tiempo para comer nada.
Pasamos al rededor de 3 horas entre ropa, zapatos, abrigos, cajas registradoras y cajeras disgustadas porque en un momento dado, doña M, bloqueaba la linea. Si alguien no ha tenido la experiencia de ir de compras con una mujer, no es posible que sepa de lo que estoy hablando, de lo contrario, es necesario multiplicar esa experiencia por 5, porque además de la tía
Chabe, como parte de la panda, estaban: su hija la prima Sidney, mi cuñada "la wera", doña M, y obviamente Kathleen, todas con ánimos de ver muchísimas cosas, probarse muchísimas y comprar, al final, muchas solamente. Porque habrá que recordar que fueron compras de miedo. Cuando no lo son, generalmente se ven muchas, se prueba unas pocas y al final no se compra nada.
Y así fue, como poco a poco vi el tiempo transcurrir hasta que se dieron las 10, momento en el que decidieron partir, pero con la promesa de algún día, repetir y superar la visita.
Pensé que todo estaba perdido, cuando de pronto, algo muy bonito pasó. Kathleen sugirió ir al Taurino, y como todos somos de buen comer, y como les esperaban 4 horas de viaje y como nadie había senado, y como el Taurino es 24 horas, y como siempre apetece ir al Taurino, decidimos ir.

El Taurino, básicamente es una taquería, con un montón de posters de corridas de toros pegados en la pared, unas 3 o 4 cabezas de toro, estas, colgando de la pared, alguna que otra banderilla, bastantes moscas, y como 20 empleados, pero eso sí, los tacos están muy respetables, de lo mejor que he comido en LA.

Así que después de todo, la historia tuvo final feliz.

martes, 9 de diciembre de 2008

Nuevos títulos en camino

No pude resistirlo y ayer compré tres libros más. Se trata de Ensayo sobre la lucidez de José Saramago, Asesinato En El Orient Express de Agatha Christie y And Then There Were None también de Agatha Christie, a estos tres, se suma el que alegadamente viene en camino, La caverna de José Saramago, y digo alegadamente porque al momento no ha llegado nada. El mismo día que hice la compra del libro, compré unos dvds que Kathleen quería regalar a sus hermanas, y sí, los dvds llegaron hoy, mas no mi libro. Suerte que tengo una pila de 10 libros esperando a ser leídos, y es que motivado por el reto de los 50 libros, más la cada vez más intensa y satisfactoria necesidad de leer, he comprado en este año al rededor de 8 o 10 libros. Algunos de los títulos que tengo ahora mismo pendientes de leer son: Cuando era puertoriqueña de Esmeralda Santiago, Lobo estepario de Herman Hess, In cold Blood de Truman Capote, La isla misteriosa de Julio Verne, Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, For whom the bells tolls the Ernest Hemingway y algunos otros más.
Como le comenté a Andréas, sería bueno leer al menos un libro de cada uno de los premios nobel de literatura, simplemente por la curiosidad de hacerlo, y aquí se demuetra lo que Mureed me decía en el camino de regreso a la oficina, que la única motivación del hombre es descubrir. ¿Será cierto?
Hoy me voy a escapar de la clase de inglés. En primer lugar, porque quiero ir a escalar, en segundo lugar, no tengo ganas de ir, en tercer lugar, tengo que programar un poco cuando regrese a casa y por último en cuarto lugar, para cumplir con mi condición de rebelde y pintero, como en mis días de estudiante.

Todos los nombres

"..lo que da verdadero sentido al encuentro es la búsqueda..."

Qué mejor fin de año que leer un libro de Saramago, y no cualquier libro sino, de acuerdo con los críticos, y en mi misma opinión, uno de sus mejores.

Todos los nombres, es la historia de un hombre, don José, al que la cotidianidad, como a muchos de nosotros, lo ha llevado a refugiarse en un hobby, uno muy particular, el coleccionar recortes de periódico de personas famosas. Don José trabaja en la Conservaduría General del Registro Civil y por angas o mangas, da la conveniente casualidad de que vive en una casucha anexa a la Conservaduría, la cual está conectada por una puerta interior. Quizá buscando nuevas emociones, don José se aventura a complementar sus recortes con la información, que tan a la mano se le ofrecía, como son, el nombre del padre, de la madre, testigos, fecha y lugar de nacimiento, etc. En esas esta cuando por accidente toma el expediente de una mujer desconocida. Sin saber cómo ni porqué don José se obsesiona con esta mujer, obligándolo así, a indagar sobre ella, Quién es, A que se dedica, Que aroma despide su pelo, una mujer que nunca en su vida ha visto, de la que no sabe nada, mas sin embargo, siente una fuerte convicción de querer saberlo todo.

Es una cautivadora historia de amor. Una crítica a los protocolos a veces ridículos de las instituciones. Una mirada abierta a los absurdos del corazón humano. Un libro lleno de pensamientos filosóficos, ya sea mediante un diálogo consigo mismo, ya sea mediante un reproche que el techo de la casucha hace a don José, o ya sea por la búsqueda hecha por este hombre, que salió a buscar a una mujer desconocida, y al final, se encontró así mismo.

lunes, 8 de diciembre de 2008

De todo un poco

Pues bien, tengo ya casi 8 meses que no escribo, así que aquí van algunos "updates" de lo que ha acontecido.

Primero que nada el reto de los 50 libros. A primera vista este reto no se ve muy complicado, pero efecto, es más difícil de lo que parece. Al momento he leído 24 libros y estamos a 23 días de finalizar el año, lo que me da quizá para leer un par de libros a lo mucho, y de ser así llegaría a 26 libros en este año. En mi defensa tengo que decir que debido al trabajo, las benditas clases de inglés y ahora mi nuevo hobby-deporte: rock climbing; no me queda tiempo de nada, y es precisamente de esta nueva actividad que hablaré en seguida.

Pues nada, que finalmente, alentado por las palabras de gloria futura que Raymond me profiriera , de que en poco tiempo iba a ser capaz de escalar como cabra montes y colgarme como mono araña, aunque no se si eso en sí sea algo glorioso, pero en fin, comencé a ir al gimnasio a escalar, y debo decir que es bastante difícil, en especial para una persona como yo que no había estado ejercitándose regularmente. Pero el daño esta hecho, llevo ya, 4 meses yendo, a razón de 2 veces por semana.
Y la verdad que ha sido interesante, los dos primeros meses, después de cada sesión los articulaciones de las manos me dolían considerablemente, pero ahora eso ha quedado atrás y poco a poco se ha hecho mas placentero. Ya compramos los zapatos, arneses y la una bolsa para la magnesia, y a pesar de que no escalo como la mayoría de las personas que acude, voy progresando decentemente.

Otra de las cosas que ha acontecido es, que, finalmente, compre mi ansiada bici de montaña. Ya tengo un mes utilizándola para venir a trabajar, y de verdad que no te das cuenta cuan llenas de altibajos están algunas calles en LA, hasta que andas en bicicleta. Al momento la experiencia ha sido bastante positiva, es una manera de economizar un poco, ayudar a la naturaleza y ejercitarme. El clima de LA ayuda también ya que casi no llueve, además, que hago en 25 minutos exactos los 5km de distancia que tengo que recorrer, que son mucho mejor, comparados con los 30 0 40 minutos en promedio que me tomaría en autobús.

Continuaré mañana con más de lo que ha acaecido en los últimos meses...