viernes, 31 de julio de 2009

México: Fiesta y Color 2


El problema del tiempo

En vacaciones (al menos ya de adulto, porque de niño es otra historia) , el problema (para mi) es que realmente se quiere hacer todo (porque en apariencia todo transcurre más rápido), y se terminan haciendo unas cuantas cosas, especialmente cuando se vive en el extranjero. Las visitas que realizo a cada familiar son exiguas, a lo mucho un par de horas, y después, con un poco de suerte, habrá que esperar hasta el próximo año para repetirlas.

La cosa es que termino visitando digamos a 10 gentes en un periodo de 2 días, pero siempre con el reloj encima. Y sí, siempre es grato ver a la familia, pero la verdad es que no se comparte con ellos como se debería.

Nunca me di cuenta que entra más tiempo pasaba, entre más adulto me hacia, conocía más gente pero dejaba atrás a amigos y familia, personas que quizá nunca más vuelva a ver. Quizá por eso uno siempre conoce gente nueva a lo largo de la vida, para en cierta forma reponer algo de lo que dejamos atrás, no lo sé.

El punto es que nunca bastan los días, y si se tiene que viajar a otra ciudad es peor. Inviertes tiempo que podrías pasar con alguien más, a menos que se viaje con aquellas personas a quienes se visita, pero ese es otro cantar.

De cualquier forma, me alegro de haber tomado el tiempo de haber ido a México, de haberme vuelto a encontrar con unos, reencontrarme con otros, a otros no los vi y lo lamento, quizá lo haga en ulteriores visitas.

La fecha para el próximo viaje no ha sido fijada. Quizá lo más apropiado para el próximo año sea una ida intempestiva, aunque sea a repetir unas aun más breves visitas.

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