viernes, 15 de junio de 2012

Never let me go

Curiosamente, Never let me go es el título de una película de Fox Searchlight que salió hace unos meses (por cierto muy buena) , pero también así se titula mi canción favorita de Bill Evans. En mi opinión ambas son excelentes, pero es de la melodía de Evans de la que quiero hablar o, más bien, escribir.

Prevengo que mis conocimientos musicales son mas bien pobres, por lo que no pretendo dilucidar sobre las razones técnicas que hacen de Never let me go una excelente canción. Esto es más bien un intento de presentar esta pieza de 14 y pico de minutos de duración y que es, en mi opinión, una de las mejores interpretaciones de jazz en el piano.

Si de un escrito se dice que las primeras lineas son fundamentales para atrapar al lector, de la canción de Evans (transportando el argumento al plano musical) no se podría decir otra cosa que eso, que desde sus primeros acordes cautiva al oyente.

El comienzo de la pieza es lento,
dramático, evocador. Conforme la ejecución avanza, Evans va urdiendo una historia armoniosa ora lenta, ora vertiginosa para luego continuar con una serie de escalas que explotan en imágenes de sonido vivo, colorido, y bien pensado. A poco más de la mitad, el ritmo parece disminuir, pero más bien es un respiro para lo que luego ha de venir: la argumentación central de la pieza. Y es justamente aquí cuando se revela la genialidad de Evans, que pasa de lo simple a lo complejo con un simple movimiento, que juega subiendo y bajando la intensidad de la ejecución a voluntad con un dominio magistral del piano. El final no podría ser mejor: es un colofón melancólico que viene a cerrar de manera extraordinaria la aventura musical que, en cuanto termina, se querra volver a tocar de inmediato.


He aquí la canción:


Never Let Me Go by Bill Evans on Grooveshark

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