lunes, 25 de junio de 2012

Memorial del convento



Memorial del convento, novena obra que leo de Saramago, resultó no tener final feliz, pero sí muy conmovedor. Esta novela es, en teoría, una historia de amor. Pero si ese es el caso, me quedo con Todos los nombres que es mucho más evocadora y profunda. Pero el libro del que vengo hablando, Memorial del convento, narra las peripecias por las que tiene que pasar el pueblo portugués para llevar a cabo una promesa de construcción del más grande convento del mundo. Promesa hecha por el rey y de la que solo fue participe mediante la concepción de la empresa, así, sin más, sin levantar un solo ladrillo.  La novela también cuenta de una passarola llena de voluntades, de un hombre y una mujer que ayudaron a construirla, de un músico extranjero que toca el clavicordio y que en determinado momento sus notas ayudan a sanar a la mujer que por algún extraño mal cae enferma; asimismo,  se habla de un cura loco que quería volar y que voló; se narran las injusticias que sufren los pobres;  contrasta la mucha pompa y riqueza de la realeza, con la miseria y podredumbre en que vive el resto del país.  
Diría yo, que es una obra de muchas cosas y de ninguna. No puedo decir que no me gustó porque realmente sí me gustó, un poco, quizá.  Pero en fin, a Saramago hay que leerlo, siempre se aprende algo a pesar de sus constantes agravios contra Dios, allá él.
A leer más  y mejor.

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