martes, 11 de diciembre de 2012

Edgar "El zurdo" Mendieta


¡Oh, género negro mexicano, casi inexistente! Casi, pero no inexistente. Prueba de ello son las novelas que he estado leyendo: Ensayo de un crimen, de Rodolfo Usigli; Días de Combate, Cosa fácil, y Cuatro manos, de Paco Taibo II; y el El complot Mongol, de Rafael Bernal. Y a esta casi inexistente lista se suman dos más: Balas de plata y La prueba del ácido, las dos de Élmer Mendoza. Aunque sé que hay más libros, mi lista se limita a lo que he leído. ¡Pero la ampliaré!

Así que, debido a que últimamente me ha dado por explorar el género negro latinoamericano, y a que leí por ahí que las dos novelas de Mendoza eran bastante buenas, y a que me gusta conocer nuevos escritores, me aventuré a buscar Balas de plata y La prueba del ácido. Y para mi buena suerte, ambos libros estaban en la biblioteca ¡yeeii!

Pues bien, "El zurdo" Mendieta es el protagonista en ambas historias. El tipo es un judicial que nunca se casó, con conflictos internos (nada nuevo aquí), y que hasta cierto punto tiene una especie de código de ética o moral, ya que no se vende a nadie. Conforme avancé en la lectura, no pude evitar pensar en Belascoarán Shyne. Ambos, El zurdo y Shyne, son una especie de héroes urbanos-por ponerlo de algún modo-, tipos extraños que no saben a ciencia cierta por qué se dedican a lo que se dedican (Shyne era Ingeniero; el Zurdo, si mal no recuerdo, estudio Letras), pero que tratan de hacer las cosas bien y acabar con los malos. Otra similitud entré ambos personajes sería que Mendoza esta tratando de hacer lo que Paco Taibo hizo con  Belascoarán, es decir, crear una saga. Y de hecho, el  más reciente libro que publicó Mendoza,  Nombre de perro, es otra historia más del Zurdo Mendieta, que por cierto estará en lista de espera para el 2013 sí y solo sí lo compran los de la biblioteca.

El ambiente en los dos libros de Mendoza es muy similar: un crimen o crímenes que resolver, narcos  que controlan la ciudad y que tienen lazos con las altas esperas del poder; mujeres de quienes El zurdo cree estar enamorado; personajes y lenguaje bastante coloquiales. Conforme las lecturas avanzan, se van descubriendo nuevas pistas para la resolución del crimen que, a decir verdad, no genera tanta expectativa o al menos no la que debería. Mi opinión es que lo interesante de las historias, lejos del planteamiento del problema y su resolución, es la forma como son contadas, la bola de nombres y personajes que aparecen y desaparecen, y la velocidad que el autor le imprime a los diálogos y a la historia misma.

Una cosa interesante respecto a los diálogos y la voz del narrador es que son lineales. No hay una clara puntuación que los diferencie y esto en un principio puede desconcertar un poco. Pero si se ha leído a Saramago, entonces no habrá problemas. Son libros relativamente cortos, de fácil y rápida lectura, y eso sí, bastante entretenidos.

Ahora mismo tengo en mis manos La vida misma, de Paco Taibo II, que si bien no esta resultando estupenda, es bastante entretenida y me ha hecho reir; ese Paco Taibo sí que es ameno.
¡Ah!, y vienen como 16 libros más en camino, y casi todos de género negro latinoamericano. Así que tendré bastante material en las siguientes semanas.

A leer más y mejor.

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