jueves, 19 de febrero de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres


Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson, es el primero de la saga Millenium que el autor escribió antes de su repentino fallecimiento.

El libro podría ser catalogado como de misterio, pero la realidad es que tiene de todo. Después de Cero Absoluto de Alan Folsom, ningún libro me había atrapado tanto como este.

Existen infinidad de blogs donde hablan de la trama, por lo que me limitaré a decir que este libro también me lo leí en el tabloide en un tiempo récord de 3 días.

Pero bueno, relataré un poco de lo que trata para no irme tan en blanco. Pues resulta de ser que la nieta de un viejo empresario desapareció en una reunión familiar sin dejar rastro, la niña año con año le regalaba a su abuelo una flor blanca distinta, pero al año siguiente de la misteriosa desaparición, el viejo continuó recibiendo las flores sin saber de quién o porqué. Al mismo tiempo y por otro lado, un reconocido reportero esta recibiendo su sentencia para ir a prisión por haber publicado un articulo en donde acusaba a cierta empresa de ser corrupta. Las dos historias, cada una por su parte, se van desarrollando hasta que se cruzan y personajes peculiares se van integrando y dándole forma a este misterio. El libro es bastante entretenido, esta muy bien escrito y el estilo del autor resulta refrescante; una vez inmerso en la historia no vas a querer parar.

Ampliamente recomendable, ya estoy buscando la segunda parte de la saga, que por cierto no logro encontrar por ningún lado.

Así que ya van dos que leo electrónicamente, claro sin contar El señor de las moscas que leí en la compu, pero eso si que no lo recomiendo, además de ser muy cansado es poco práctico, al menos para mi.

Por lo tanto estoy pensando seriamente, en un futuro no muy lejano, digamos a finales de este año, en comprar el lector de sony, porque aun y cuando me guste comprar en amazon, no les voy a seguir el jueguito con lo del kindle.

Por fin, La insportable levedad del ser


Después de mucho esfuerzo lo conseguí, terminé de leer La insoportable levedad del ser de Milan Kundera. Bueno, de esto ya hace como una semana, lo que pasa es que tengo semanas sin publicar nada en el blog, digamos que no había encontrado un momento oportuno para hacerlo.

Pues bien, al principio el libro parece complejo porque se mete en rollos filosóficos acerca de las cosas que tienen peso y las cosas que no lo tienen, que son livianas y otras cosas más. Sin entrar en mucho detalle, diré que trata de la vida de 4 personas (5 con el perro Karenin), Tomas, Teresa, la amante de Tomas, Sabina que posteriormente se convierte en amante de Franz. Como comento, parece que la historia es compleja, pero dista de serlo, en realidad es muy sencilla y bastante bien escrita. Narra la vida de cada una de estas personas remontándose, en algunos casos, hasta la niñez. Muestra los puntos en que convergen cada una de ellas y como ciertas vivencias de los protagonistas marcan el rumbo de sus vidas.

Me resulto grato leer el libro, es bastante filosófico y entretenido. Como comentario final, diré que para haber sido la primera lectura que hice en el tabloide fue muy buena, ya que me acostumbre fácilmente. De hecho, dado que el programa para leer libros con el que cuenta el tabloide te permite leer ya sea horizontal o vertical, al hacerlo vertical logré leer más rápido mi segundo libro, del que comentaré más adelante.

viernes, 6 de febrero de 2009

Semana extraña

Finalmente, con mucho esfuerzo, la mudanza terminó.

Aun quedan algunas cosas empaquetadas, pero eso es lo de menos, lo importante es que ya se entrego el viejo depa y estamos en el nuevo, aguuuusto!!!

Semana extraña reza en el título y es que lo ha sido en verdad. El lunes comenzó soleada y hoy viernes con frío y lluvias esta terminando. Yo por mi parte, el lunes no tenía los proyectos listos y hoy viernes, estoy mucho más avanzado.

Como nota curiosa, el miércoles acompañe a Miguel a ver reproductores de DVD a una tienda sumamente extraña, Ken Crane, de esas que en sus tiempos era la crema nata de los electrónicos y que hoy en día no es más que el recuerdo de épocas mejores. Digo, tampoco es que este tan tirada a la calle pero como dice el buen Miguelón: "it used to be good, now is shit". Pero esta aventura fue única. Miguel es un fanático de los electrónicos y sabe un montón del tema, sabe de marcas, de componentes, de audio, de video, etc. Y la mayoría de sus equipos son bastante costosos, digamos que al tipo le gusta lo bueno. Total que ya en la tienda nos antendio uno de esos vendedores que salen en las películas, de esos que te intentan vender algo a cualquier precio y no paran de hablar, "hardcore seller" dijo Miguel. El tipo trató de todas las maneras posibles, habidas y por haber, de venderle algo a mi conocedor amigo, pero Miguel, claramente, lo agobió con sus requerimientos, sino excéntricos, bastante difíciles de satisfacer. Al salir, Miguel me dice, "I liked the guy, he made me laugh", ja, a mi más. Fue como estar en una película ochentera.

Al final, no sé si Miguel fue realmente a buscar un reproductor o para entretenerse con el tipo o para comprobarse a sí mismo la cantidad de conocimientos que de equipos electrónicos tiene. Sea lo que fuere, yo me la pasé muy bien y me reí mucho.

Y por último no he podido terminar a Kundera, ese libro parece interminable, a ver si para lo próxima semana me lo hecho.

lunes, 2 de febrero de 2009

Allí, pero no allí

Pues bien, ya hemos completado el 95% de la mudanza diría yo. El día de ayer fue dedicado casi exclusivamente a mover los muebles, enseres, libros, cajas, ropa, maletas, y demás cosas que un apartamento de dos personas pueda tener, ah y las bicis.

No fue tan agotador como lo imaginé, la espalda me dolía más ayer al terminar que hoy al levantarme, pero si me siento cansado.

Hicimos cerca de diez viajes con la camioneta, los primeros cinco fueron los más pesados ya que la camioneta iba atiborrada de todo lo que le podíamos meter,y solo estábamos Kath y yo. Al rededor de las tres, llegaron los refuerzos. Aunque sería más justo decir que solamente una persona, de las tres que vinieron, fungió como tal. Uno de los otros, así llamados, refuerzos, fue medio refuerzo realmente y el otro de plano se dedicó a ver tele arrellanado en el sofá y con las patotas sobre la mesa de centro.


Terminamos alrededor de las ocho, y siguiendo el ejemplo del tercer así llamado refuerzo, nos entregamos a la disipación televisiva por espacio de 2 horas. Vimos un poco de CSI y del abierto Australiano, donde como se temía, fracasó Federer. Fue muy emotivo verlo llorar, y más emotivo aun, ver a Nadal consolando a su amigo y rival. Si eso no es camaradería deportiva, no se que es.

La buena noticia es que el panorama comienza a esclarecerse. Menos tensión y tiempo invertido por lo de la mudanza significa más tiempo para leer. Y vaya que me hace falta, tengo casi dos semanas tratando de terminar la insoportable levedad del ser sin éxito, pero esta semana se va porque se va. De eso hablaré próximamente.