miércoles, 6 de enero de 2010

El hombre duplicado



Leer a Saramago, dos o tres veces al año, se esta haciendo costumbre. Prueba de ello es que el año pasado leí tres de sus libros, y en este pienso leer unos tantos más. Ayudado un tanto por el 2009 (ya que venía arrastrando unas paginas leídas el año pasado) he completado la primer lectura de este 2010: El hombre duplicado, de José Saramago.

Hace un par de días terminé la novela, y, comenzaré diciendo, que el libro no es malo, pero tampoco es excelente. Es más bien una novela típica de Saramago, con parábolas, reflexiones personales, y una historia fuera de lo común que se centra en un personaje principal con tintes de heroísmo. Trata de un profesor de historia llamado Tertuliano Maximo Afonso, quien por casualidad, viendo una película que un compañero de trabajo le presta, se da cuenta de que uno de los actores secundarios es sumamente parecido a él. El actor resulta ser un sosia de Tertuliano, no solamente parecido, sino literalmente un duplicado. A medida que la trama se va desenvolviendo, la curiosidad inicial de Tertuliano, pasa por la estupefacción, la obsesión, y el desconcierto. El tipo llega a dudar de quien realmente es. En mi opinión, diría que uno de los temas principales de libro es la identidad del ser. Qué es lo que hace la individualidad de cada persona, qué es ser único, cómo nos diferenciamos de los demás; en palabras del mismo autor, quizá la pregunta principal no es quiénes somos, sino qué somos.

Un poco con toques de la teoría del eterno retorno, El hombre duplicado es una novela de 400 páginas, entretenida y con un excelente final, fascinante diría yo, de los mejores que he leído.

Pero nada, allí queda el comentario del primer libro del año. A leer más y mejor.

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